Comienza Mayo
1 comentariosLunes 4 de mayo. Los días, semanas, meses y hasta los años nos abandonan con rapidez. Es por eso que debemos vivir el tiempo dado de la manera más intensa posible y actualizar el propio blog (en caso de tener uno) para no perder el ritmo. Así que bueno, aprovechando esta absurda aunque algo acertada introducción, los dejo en principio con algunos dibujos de mi autoría. Un abrazo a todas/os y espero que lo disfruten.
La primogénita
Existe una numerosa cantidad de autores que han logrado dejar en sus trabajos un mundo subyacente de símbolos y significados que aguardan tras las manchas inmediatamente perceptibles de cada viñeta. Este espació está dedicado a esas maravillas del noveno arte que nos acercan un poco más a nuestra realización como seres humanos.
Boggie el aceitoso, traída a este plano de la mano del queridísimo Norberto Fontanarrosa, es la primera propuesta elegida, además de un claro ejemplo de lo dicho anteriormente. Tuve la posibilidad de que llegase a mí poder, cuando el diario Clarín publicó en enero del 2007 una edición precaria aunque legible de esta obra. Al tener la oportunidad de leerlo sin interrupción desde el nacimiento del personaje hasta las últimas publicaciones (si bien no están todas las publicaciones existentes), pude advertir una notable evolución donde se exponía con claridad creciente, la naturaleza siniestra que Boggie acuna en sus entrañas.
Comenzando con una narrativa que define al personaje de un modo parcial, aun muy envuelto en sombras y desde un humor ácido difícil de digerir en los primeros momentos de lectura, el ritmo y el clima general dan un vuelco muy paulatino hacia la verdadera naturaleza interna del mercenario yankee. Lo que en un primer momento puede pasar por indiferencia o simple desprecio, se vuelve cinismo fríamente medido. La aparente brutalidad descontrolada, puede interpretarse más adelante como una tarea personal de exterminio cultural. El racismo, la intolerancia y el desprecio hacia lo distinto, la inseguridad de las personas que se encierran en esquemas sociales nocivos, son algunos de los tópicos que Fontanarrosa aborda con Boggie el aceitoso. Completamente expuesto desde una refinada inteligencia y sin perder en lo absoluto la perspectiva que el personaje tiene acerca del mundo. Es sin duda alguna un trabajo que merece un arduo análisis, ya que ofrece una cosmovisión social seriamente comprometida.
Boggie el aceitoso, traída a este plano de la mano del queridísimo Norberto Fontanarrosa, es la primera propuesta elegida, además de un claro ejemplo de lo dicho anteriormente. Tuve la posibilidad de que llegase a mí poder, cuando el diario Clarín publicó en enero del 2007 una edición precaria aunque legible de esta obra. Al tener la oportunidad de leerlo sin interrupción desde el nacimiento del personaje hasta las últimas publicaciones (si bien no están todas las publicaciones existentes), pude advertir una notable evolución donde se exponía con claridad creciente, la naturaleza siniestra que Boggie acuna en sus entrañas.
Comenzando con una narrativa que define al personaje de un modo parcial, aun muy envuelto en sombras y desde un humor ácido difícil de digerir en los primeros momentos de lectura, el ritmo y el clima general dan un vuelco muy paulatino hacia la verdadera naturaleza interna del mercenario yankee. Lo que en un primer momento puede pasar por indiferencia o simple desprecio, se vuelve cinismo fríamente medido. La aparente brutalidad descontrolada, puede interpretarse más adelante como una tarea personal de exterminio cultural. El racismo, la intolerancia y el desprecio hacia lo distinto, la inseguridad de las personas que se encierran en esquemas sociales nocivos, son algunos de los tópicos que Fontanarrosa aborda con Boggie el aceitoso. Completamente expuesto desde una refinada inteligencia y sin perder en lo absoluto la perspectiva que el personaje tiene acerca del mundo. Es sin duda alguna un trabajo que merece un arduo análisis, ya que ofrece una cosmovisión social seriamente comprometida.
Edgardo Vega
4 de mayo de 2009, 15:24
Bien por actualizar, copado el análisis de Boogie y grosos los dibujos, el del zombi está zarpado. Ayer me acordé de vos porque ví una pelí basada en un cuento de Clive Barker, que se que te parte el bocho, The midnight Meat Train, no es la gloria pero se puede disfrutar sin las penuriasa las que nos acostumbra el terror yanqui, muy probabalemnte porque el dire es chinito. Saludos, banda de cráter!